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Para todo tipo de pieles incluso las más sensibles

ANTES DE COMPRAR UN COSMÉTICO REVISA SIEMPRE SU INCI

Seguro que en más de una ocasión has oído hablar del INCI en cosmética y de la importancia que tiene para saber si lo que te estás poniendo en tu cara o cuerpo es bueno, regular, malo, o si es efectivo o no. Pero posiblemente no tengas muy claro qué es, ni para qué sirve.

Saber leer el INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredientes) de los productos cosméticos y aprender a interpretarlo puede ser una tarea complicada si no tenemos desconocimientos de química, botánica, latín…, pero es fundamental para tomar conciencia de los productos que consumimos. En este post te contaremos todas las claves sobre los INCIS y algunos consejos para leerlos correctamente.

Saber leer el INCI (listado de ingredientes) de tus productos cosméticos y aprender a interpretarlo puede ser una tarea complicada, pero es fundamental para tomar conciencia de los productos que consumes

Este listados de miles de ingredientes, fue creado en 1973 por la Personal Care Council, una asociación norteamericana que proporcionó una metodología de lectura de ingredientes del etiquetado estandarizada de todos los productos cosméticos. De esta manera, cualquier persona podía conocer la composición de un cosmético en cualquier punto del planeta. Posteriormente, INCI se implantó de forma obligatoria en los países de la Unión Europea en 1998.

Actualmente, existen alrededor de 22.500 ingredientes catalogados en la lista INCI. Esta lista se utiliza además en Estados Unidos, Europa, China, Japón, etc.

Aprender a descifrar el INCI de tus cremas. Tu piel te lo agradecerá y es más sencillo de lo que imaginas.

Código INCI Cosméticos: para qué sirve

En el mundo de la cosmética fue donde se creó el código INCI. Varias décadas después de su creación, su importancia a día de hoy queda fuera de toda duda.  A nivel del consumidor, el INCI en cosméticos nos permite verificar si lo que se refleja en la publicidad de algunos productos es cierto. También detectar si son naturales o el origen de los ingredientes.

Seguro que en más de una ocasión te has encontrado con productos que indican `0% parabenos’, o ‘sin sulfatos’, con los que se pretende reflejar una ausencia de estos compuestos, aunque posiblemente el producto contenga otro ingrediente de similares características y eso es lo que es importante que detectes.

Otras veces, la etiqueta refleja el contenido de alguna planta o producto naturales y, al leer el INCI, comprobamos que se encuentra al final del listado (luego explicaremos qué significa el orden en el INCI de un ingrediente).

Normalmente las marcas a través de su publicidad solo destacan los 2 o 3 ingredientes o principios activos que quieren vender. Pero, ¿qué ocurre con el resto de los ingredientes de la fórmula?

Los “otros ingredientes» si no aportan nada o poco a la fórmula, o si hay algún ingrediente que está puesto en entredicho por su procedencia, como los derivados del petróleo, normalmente pasarán desapercibidos y ni los verás. Así que si te realmente te importa tu piel y quieres cuidarla nuestra mejor recomendación es que comiences a entender qué te dicen esos INCIS, solo así podrás hacer una compra inteligente y conocer si lo que realmente te aplicas en la piel es saludable y efectivo y no simplemente un espejismo de algún compuesto.

Leer un INCI y comprenderlo es más sencillo de lo que imaginas

Durante muchos años no hemos prestado demasiada atención a los cosméticos que utilizamos, pero hoy en día no solo nos importa el efecto y los resultados de una crema sobre nuestra piel, sino que además tiene que ser saludable, es decir que contenga los menos productos tóxicos posibles, o mejor aún, que no los contenga y ayude a mejorarla.

No obstante, es fundamental para la salud de nuestra piel, prestar una especial atención a los ingredientes uno por uno. Fijarnos solo en los dos o tres que destacan los departamentos de marketing de una empresa puede jugar en contra de nuestra. La fórmula completa es la que dicta la calidad del producto.

¿Y por qué es tan importante? Porque la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y, porque además, absorbe con bastante facilidad las sustancias que extendemos sobre ella, pasando la mayoría de las veces al torrente sanguíneo. A modo orientativo, una persona adulta puede llegar a absorber unos 15 kilos de ingredientes cosméticos en 50 años. También porque ciertos ingredientes pueden causar alergias, irritaciones, obstruir poros…, o cosas mucho peores.

A modo orientativo, una persona adulta puede llegar a absorber unos 15 kilos de ingredientes cosméticos en 60 años.

Dónde ver el INCI

El INCI debe aparecer obligatoriamente en las etiquetas de los productos cosméticos. Su uso está regulado a nivel internacional. De forma habitual, encontraremos el listado de ingredientes en la parte trasera de la etiqueta, en el dorso o en el lateral.

El modo en que una etiqueta cosmética (INCI) está escrita, nos indica la existencia de sustancias naturales o sintéticas que contiene, así como la proporción de productos que pueden causar alergia y los conservantes, colorantes o parabenos que han sido utilizados para su composición.

El INCI, es obligatorio que aparezca en las cajas o en los envases de las cremas cosmética. Los ingredientes aparecen siempre en orden decreciente por su nivel de concentración. Es decir, los primeros que se citan son los que se encuentran en mayor proporción. Normalmente, el primero que se cita es Aqua (agua) que es el que permite la hidratación de la piel.

Algunos activos no necesariamente deben estar presentes en gran cantidad para ser efectivos. Sería el caso de los aceites esenciales o principios activos muy potentes que deben ir en cantidades pequeñas.

Los componentes alérgenos –sustancias susceptibles de causar reacciones alérgicas– deben figurar de forma obligatoria si están en concentraciones superiores al 0,001%

Que aparezcan en inglés los componentes químicos no quiere decir que todos los ingredientes que se mencionan en esta lengua sean sintéticos, puesto que también hay compuestos muchos compuestos de laboratorio 100% naturales.

En todo caso, en inglés aparecen los parabenos (se pueden identificar porque terminan en benos o azos), los PEG o polietilenglicoles, PPG, siliconas, parafinas (paraffin), que son ingredientes que suscitan mucha controversia y cada vez se asocian más con toxicidad.

Para que un cosmético pueda considerarse “natural” ha de estar compuesto en más del 90% por materias primas naturales de origen vegetal y carecer de sustancias irritantes, tóxicas o peligrosas.

Caducidad

Las cremas también caducan, y la etiqueta de los cosméticos debe indicar el plazo máximo de conservación después de su apertura.

El PAO (Period After Opening –plazo después de la apertura–) es un símbolo de un tarro con un número seguido de una M (meses), que indica el periodo hasta cuándo podemos utilizarlo sin que suponga un riesgo para la salud.

Según la normativa europea, los cosméticos con una caducidad superior a los 30 meses, como los de LOV2B, no tienen la obligación de indicar la fecha de caducidad, pero sí un consumo recomendado una vez abierto.

Conservantes

Otro aspecto en el que nos debemos de fijar es en las etiquetas de los conservantes y los antioxidantes. Tanto unos como otros tienen una vida útil determinada y depende mucho de la concentración empleada en la formulación. Aquellos consumidores que elijan productos “libres de conservantes” deben ser conscientes de que su vida útil será corta y están expuestos a cambios de aspecto, textura y olor, lo que indicará que el producto ha caducado.

Los conservantes son ingredientes muy importantes de los productos cosméticos. Son sustancias destinadas a inhibir el desarrollo de microorganismos, como hongos y bacterias, que pueden deteriorar el producto e incluso dañar al usuario.

La regulación europea contiene una lista de 59 conservantes permitidos. Son esenciales para formulaciones que contienen agua.

La lista de conservantes naturales es más reducida y se suelen utilizar en concentraciones más altas para lograr una buena eficacia, pero son más saludables y no son alérgenos. Los más utilizados son el alcohol y los ácidos benzoico, salicílico, sórbico y sus sales, como los que utilizamos en LOV2B.

Actualmente, se están estudiando envases tipo “airless�� que no requieren la adición de conservantes porque por su diseño no permiten la entrada de aire ni el contacto directo del consumidor con el producto.

Ingredientes «cuestionados» de los que se debe huir

Suponemos que sabrás oído hablar del movimiento Clean Beauty. Consiste en apostar por productos que no contienen en sus formulaciones ingredientes perjudiciales para la salud.  

La cosmética durante décadas ha incluido ingredientes «poco recomendables» para la salud de la piel, y en ocasiones, hasta tóxicos. Lo que ha obligado a aplicar políticas que regulan el uso de determinados ingredientes en los productos de cosmética.

Los más comunes y controvertidos son los parabenos, los sulfatos, los filtros químicos presentes en los fotoprotectores como la oxibenzona (todos estos son considerados disruptores endocrinos), ingredientes derivados del petróleo, como los aceites minerales, siliconas y parafinas, los alcoholes y las fragancias sintéticas. Vamos a descifrar los más cuestionados. Seguro que alguno te sonará.

1- Parabenos

Los puedes encontrar en los INCIS de diferentes maneras, aunque sus formas más habituales son: propilparapeno, isopropilparapeno (permitidos por la U.E. en una proporción máxima del 0,4%). También isobutilparabeno e butilparabeno, estos dos últimos, según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), habría que evitarlos, ¡así que mucho ojo con ellos!

En cosméticas los parabenos actúan como conservantes para evitar la aparición de bacterias. Actúan de manera similar a los estrógenos, interfiriendo en el funcionamiento natural de las hormonas. Su uso es frecuente en las formulaciones de la cosmética convencional. Son ingredientes muy baratos.

Es habitual que las cremas los contengan o ingredientes similares a los parabenos porque se necesita poca cantidad para que hagan su efecto de conservante.

La Unión Europea dice sobre los parabenos, en particular; y los disruptores endocrinos, en general que “El Reglamento sobre cosméticos no establece disposiciones específicas para los alteradores endocrinos. Cuando una sustancia identificada o considerada como potencial alterador endocrino haya sido clasificada también como CMR (esto es: sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción), se aplicará el artículo 15 y la sustancia deberá prohibirse a menos que se conceda una excepción a la prohibición sujeta a los estrictos requisitos establecidos en el artículo 15, apartados 1 (dictamen del Comité Científico de Seguridad de los Consumidores), y 2 (cumplimiento de los requisitos de seguridad alimentaria de la legislación alimentaria general, uso limitado a categorías de productos específicas, falta de disponibilidad de sustancias alternativas adecuadas y evaluación y dictamen positivo por parte del CCSC sobre su uso seguro en productos cosméticos). En los casos en que el alterador endocrino identificado o potencial no esté clasificado como sustancia CMR, su uso en productos cosméticos se ajusta a las disposiciones generales del artículo 31 del Reglamento sobre cosméticos, que exige un dictamen científico del CCSC”.

2- Derivados del petróleo

Los aceites minerales, las siliconas y las parafinas son compuestos muy habituales en las formulaciones cosméticas porque son también ingredientes muy económicos y porque su aspecto es oleoso, incoloro y transparente, y aporta hidratación y suavidad al entrar en contacto con la piel.

Por ejemplo, cuando nos aplicamos una crema hidratante la piel queda suave y tersa, eso nos hace pensar que hemos comprado un producto bueno y que está cumpliendo las propiedades que nos anuncia el producto, pero si su INCI contiene para finas y siliconas, este efecto es un simple espejismo. Las parafinas y las siliconas son derivados del petróleo y del silicio y lo que hacen es cubrir la piel con una película plástica que tapona los poros, evita su respiración y la eliminación de toxinas y tampoco permite que nada acceda a ella.

Ponerte parafina en la piel es como ponerte un plástico, es oclusiva, impide que la piel respire y no deja que expulse toxinas. De modo que termina deshidratando la piel y además, es adictiva. Con el uso prolongado puede llegar a causar reacciones alérgicas, algunas muy graves.

Nuestro cuerpo no puede metabolizarlas y algunas se acumulan en el hígado, riñones y ganglios linfáticos. Son muy baratas, pero esto no quiere decir que solo la lleven los productos más baratos. Muchas cremas de alta gama también las incluyen en su composición, así que por todo esto que te contamos es importante que aprendas a leer los INCIS de tus cremas para detectar estos ingredientes rápido.

Las puedes encontrar como Parafina, Paraffinum, Paraffinum liquidum, Petrolatum, Petroleum, Glicol Propileno, Vaselina, o Aceite Mineral.

Actualmente se usan mucho en uno de los productos tendencia en el maquillaje: las prebases, utilizadas para alisar e iluminar la piel antes de aplicar el fondo de maquillaje. De esta manera aguanta el maquillaje muchas horas sin necesidad de retocarlo.

En este caso hay que dar preferencia a aquellas elaboradas con aceites vegetales de origen natural. ¿Pero cuidado de nuevo, no todos los aceites valen? El aceite de coco es por ejemplo altamente comedogénico, esto quiere decir que puede causar brotes de acné porque obstruyen los poros y las bacterias crecen en el folículo y conducen a la inflamación.

Por eso es importante saber qué aceites son buenos para la piel, cuáles la protegen y cuáles otros la tratan. En LOV2B hemos incluido en nuestras formulaciones aquellos que mayores propiedades y beneficios pueden aportar a la piel como por ejemplo el aceite de Kahai, el aceite de caléndula, el de babasu, o el de oliva, entre otros, que mezclados con los principios activos biotecnológicos, cubrirán las distintas necesidades de la piel. Este potente concentrado de principios activos y su gran poder regenerativo y nutritivo los hace idóneos a partir de los 35- 40 años, donde la piel empieza a perder más rápidamente su poder regenerativo.

3- Alcoholes

Al referirnos a alcoholes, estamos englobando un grupo de compuestos muy presentes en cosmética y que pueden ser tanto naturales como artificiales.

Hay que diferenciar los alcoholes de cadena corta (etanol o alcohol bencílico). Son más líquidos y volátiles y actúan como disolventes, además de que tienen propiedades antisépticas, astringentes, y también son capaces de potenciar la penetración cutánea de ciertos compuestos. Por otro lado, están los de cadena larga (glicerina), de consistencia grasa y más empleados como espesantes y emulsionantes.

Si tienes una piel reactiva debes evitar los cosméticos con alcoholes de cadena corta artificiales

4- Fragancias

Todas las fragancias, tanto las de origen natural, como las que se obtienen mediante síntesis en laboratorio, incluso los aceites esenciales como lavanda, lemongrass o el aceite de rosa, es muy fácil que causen fotosensibilidad, dermatitis, eccemas y urticaria en un porcentaje alto de pieles así que ninguna de ellas, natural o artificial, está exenta de causar irritación.

Se presume que una concentración menor a 0,01% sería bien tolerada por la mayoría de las pieles, el problema es que prácticamente ningún cosmético con fragancia detalla su contenido exacto, aunque sabemos que cuanto más al final de la fórmula, la concentración es menor.

Otros ingredientes «no muy recomendables» para la salud de nuestra piel son:

  • Compuesto de Polietilenglicol (PEG). Se utilizan muy a menudo en las bases de las cremas como emulsionantes asegurando la consistencia deseada de los productos. El estearato de polietilenglicol, a menudo conocido por su acrónimo en inglés PEG, es un ingrediente común en muchos productos cosméticos, y aunque en general se considera seguro en Europa, ha generado muchas controversias al provenir del petróleo. Los PEG son muy utilizados por la industria cosmética no sólo debido a su utilidad, sino también porque son muy baratos de producir.  Por otro lado, puede hacer la función de tensioactivo, asegurando que los champús y geles de ducha hagan espuma. El PEG se puede encontrar en muchos cosméticos, incluidas cremas, desodorantes, barras de labios, perfumes, pasta de dientes y productos de baño. Todos los derivados del polietilenglicol se indican con «peg» y un número para indicar de cuantas las unidades moleculares consta la sustancia (por ejemplo, PEG-32, PER-8, etc.). Uno de los más habituales en las cremas son los PEG-10 DIMETHICONE. Además, el polietilenglicol es difícil de degradar por encima de cierto peso molecular. Como regla general, la sustancia está hecha para permanecer estable y duradera el mayor tiempo posible. 
  • Bronopol: Se usa como conservante en acondicionadores y gel de ducha. El bronopol es un disruptor endocrino y se degrada formando formaldehído y nitrosaminas, ambos reconocidos cancerígenos. En el INCI aparece con el nombre 2-Bromo-2-Nitropropane-2,3-Diol.
  • Dietanolamina (DEA, MEA o TEA). Todos estos químicos son utilizados para que los productos sean más espumosos o cremosos. DEA y los compuestos irritan la piel y ojos, pueden ser tóxicos para el sistema nervioso e inmunitario, pueden reaccionar con otros ingredientes de los productos de cosmética formando tóxicos cancerígenos.
  • Siloxanos. Usados en los cosméticos para suavizarlos, ablandarlos y humedecerlos, se sospecha que interfieren con las funciones hormonales y causan toxicidad en el hígado. Búscalos como Ciclometicona e ingredientes que terminan en «siloxano» como Cyclotetrasiloxano.
  • Ftalato de Dibutilo. Usado principalmente en productos para uñas y en perfumes, en experimentos de laboratorio se ha demostrado que, aunque no es un cancerígeno por sí solo, sí puede aumentar la capacidad de otros químicos de causar mutaciones genéticas e interferir con la función de las hormonas causando problemas reproductivos y de desarrollo.
  • Pfelendiamina. Colorantes que se utilizan para, por ejemplo, los tintes de los cabellos y suelen aparecer en la etiqueta del producto como CI seguido de un código de 5 dígitos. Se han demostrado que estos compuestos derivados de alquitranes de carbón son cancerígenos.

POR ESO NUESTRA RECOMENDACIÓN ES SIEMPRE LEER BIEN LAS ETIQUETAS DE LOS COSMÉTICOS PARA PODER ELEGIR CON CONCIENCIA

ANTES DE COMPRAR UN COSMÉTICO REVISA SIEMPRE SU INCI

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