¡Qué levante la mano quién sepa diferenciar entre cosmética vegana, orgánica, natural, biológica, biotecnológica, convencional…!
No son de extrañar ciertas dudas teniendo en cuenta que en las últimas décadas se han lanzado al mercado infinidad de marcas cosméticas con ingredientes nuevos y diferenciadores tanto en forma como en manera de hacer.
La saturación de publicidad y reportajes en revistas beauty y lifestyle que nos abruman con sus miles de mensajes sobre las increíbles cualidades de algunas marcas e ingredientes, prescriptores especializados expertos en ingredientes y problemas de la piel contándonos las virtudes de algunos ingredientes ultra novedosos y otros no tan novedosos pero que reaparecen después de años como es el caso de las ceramida, e infinidad de instagramers narrándonos los beneficios y cualidades de los productos con los que colaboran pero siempre sin entrar en el detalle de sus INCIS (listado completo de ingredientes de un producto) de las formulaciones.
Tanta información y mensajes abruman y el consumidor ya no sabe que es mejor ni peor, ni a quién hacer caso, ni el tipo de cosmética que es mejor para su piel, ¡no nos extraña!
Lo que no nos cabe duda es que el consumidor cada vez tiene más consciencia de lo que quiere y no quiere para su piel y, además cada vez más, exige conocer cómo afectan esos ingredientes a la salud de su piel, ¡lógico y natural! ya que nos referimos al órgano más extenso y visible de nuestro cuerpo
Por desgracia encontramos en muy poquitas webs, redes sociales o medios de comunicación, reportajes o informaciones detalladas donde se explique los ingredientes que contienen cada una de las cremas, así como información donde se nos enseñe a diferenciar un producto bueno o efectivo de otros menos buenos.
Y eso es lo que hace que algunos consumidores, los que realmente les interesa la salud de su piel, miren con desconfianza a toda la industria cosmética.
Al fin y al cabo, la piel es el órgano que no protege del exterior y hay que cuidarlo con mimo y ofrecerle los mejores ingredientes y productos para mantenerlo sano y saludable. Por eso en este post te queremos ayudar a diferenciar los distintos «tipos de cosmética» para que así puedas elegir con cual te quedas.
Además, vamos a aprovechar para hablar de belleza sustentable, que no es lo mismo que hablar de cosmética orgánica, natural o vegana
A medida que la industria de la cosmética busca adaptarse y ser más ecológica para reducir su impacto sobre el medio ambiente, surgen distintos términos que, si bien parecen hablar de lo mismo, verás que tienen sutiles diferencias o no tan sutiles.
Sabemos que la mayoría de industria de la belleza contamina, no solamente porque sus packaging y envases son difíciles de reciclar, sino porque muchos de los ingredientes utilizados en su composición son nocivos tanto para la piel como para el agua donde se desechan.
La belleza sustentable como LOV2B, contribuye a no contaminar y tiene múltiples beneficios ya que no produce residuos químicos perjudiciales con el medio ambiente, no permite el uso de productos derivados del petróleo, se adapta mejor a nuestra piel por usar ingredientes afines a la misma, cuidando y protegiéndola con mayor eficacia
Igual que existe el greenwashing en la moda, también existe en la industria de la belleza y ha crecido de manera exponencial en los últimos años, dándole al consumidor información engañosa sobre el contenido de sus productos.
Leer las etiquetas de composición y saber qué contiene lo que compramos es muy importante para revertir esto. Así como también resulta necesario entender cuáles son las diferencias entre cosmética natural, orgánica, vegana, convencional o biotecnológica para poder elegir de manera consciente y responsable, según nuestras necesidades
Principales diferencias entre cosmética natural, orgánica, vegana y sintética o también conocida como convencional, biotecnológica
Parece de locos que exista tantos tipos de cosmética, pero no lo es. Hay muchas diferencias y es tu piel la que siente, percibe y disfruta directamente los beneficios de ciertos ingredientes y formulaciones, o quizás los rechaza a través de alergias, dermatitis o cosas peores.
Empezaremos diferenciando primero la cosmética natural de la convencional. En una formulación de la cosmética natural, al menos el 95% de todos los ingredientes deben ser de origen natural
Mientras que un producto de cosmética sintética, conocida como cosmética convencional, puede ser hasta 100% sintético y contener cualquier sustancia sintética autorizada por la legislación. Los cosméticos sintéticos a menudo utilizan métodos de procesamiento químico pesado como, por ejemplo, blanqueamiento, irradiación…, que están prohibidos en la cosmética natural certificada.
Los cosméticos sintéticos cumplen con el marco legal en Europa (Reglamento de Cosméticos de la UE), mientras que los fabricantes de cosméticos naturales/orgánicos, además de cumplir, reducen voluntariamente estos requisitos europeos para satisfacer demandas de mayor calidad, seguridad y sostenibilidad en Europa, pero también fuera de Europa.
Que ciertos ingredientes estén aprobados por nuestra legislación no es sinónimo de que sean saludables o buenos para la piel, como explicaremos más adelante. De hecho, los ingredientes están en continua revisión.
La cosmética natural, es aquella que utiliza únicamente ingredientes naturales o de origen natural para su composición. Deben ser libres de parabenos, siliconas, PEG, conservantes, colorantes artificiales, fragancias sintéticas, filtros químicos y no contiene ni ingredientes de origen animal, ni óleos minerales. Todos estos ingredientes enumerados arriba sin embargo son ampliamente utilizados en la cosmética convencional (sintética).
La importancia de utilizar ingredientes de origen natural no radica únicamente en los beneficios que trae al medio ambiente, sino que éstos son mejor aceptados por nuestro cuerpo, no producen secuelas a medio-largo plazo y tienen mayor eficacia
La cosmética orgánica es aquella, de origen natural que está certificada por ser libre de cualquier ingrediente químico o conservantes, que puedan ser dañinos para la piel o el cuerpo. La importancia de la cosmética orgánica se encuentra en la trazabilidad, ya que cada proceso es supervisado y certificado para asegurar que los estándares de calidad que hacen que un producto pueda ser denominado orgánico se cumplan.
Se habla de cosmética vegana para referirnos a aquellos productos que no tienen ingredientes de origen animal y que tampoco han sido testeados en animales. Estos productos tienen la etiqueta de cruelty-free, aunque en Europa todas las marcas la tienen la lleven o no la lleven y este logo es puro marketing ya que está prohibido todo lo referente a formulaciones, ensayos y fabricación de cosmética que haya sido objeto de ensayos animales o que contengan ingredientes o combinaciones de ingredientes que hayan sido objeto de ensayos animales.
Está regulado a través del reglamento No 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 sobre productos cosméticos. El objetivo del veganismo es lograr un impacto positivo sobre el medio ambiente, cuidando a las especies animales de la explotación para que puedan vivir libremente, pero esto en Europa no tiene mucho sentido reivindicativo ya que toda la cosmética existente es cruelty-free y el sello no marca la diferencia con el resto de cosmética ya que todas tienen que cumplir el mismo reglamento.
Durante mucho tiempo, la industria publicitaria y del marketing se ha inventado el mito de que las moléculas sintéticas poseen algún tipo de propiedades mágicas y, por lo tanto, son más potentes. Pero los activos más importantes que influyen en el estado de la piel, como las vitaminas, los antioxidantes y las proteínas, provienen de fuentes naturales.
Por lo tanto, la belleza natural/orgánica, hecha de materias primas naturales, en realidad ofrece la mayor concentración de sustancias biológicamente activas y si a ellas le sumamos la biotecnología, que es lo que hacemos en LOV2B, creamos productos muy saludables y con una potencia y efectividad muy elevada. Además de sostenibles.
PREGUNTAS QUE NOS SURGEN Y SEGURO QUE A TI TAMBIÉN
¿Cuál es la diferencia entre natural y orgánico?
En una fórmula natural, al menos el 90% de los ingredientes totales son naturales. En una fórmula orgánica certificada, al menos el 90% de los ingredientes totales son naturales, al menos el 10% proviene de la agricultura orgánica y el 90% de todos los ingredientes de origen vegetal también deben ser orgánicos.
LOV2B está por encima siempre del 96% de origen natural llegando al 98%-99% en algunos productos
La agricultura ecológica ofrece ventajas significativas: no permite el uso de pesticidas, fungicidas y herbicidas sintéticos, que tienen un impacto negativo en el medio ambiente y la salud humana.
Entonces, ¿es necesario que todas mis fórmulas sean 100% orgánicas?
Es imposible. Muchos ingredientes cosméticos esenciales (agua, sales, minerales, etc.) no pueden certificarse como orgánicos simplemente porque no provienen de la agricultura. Sin embargo, son puros y 100% naturales, beneficiosos para la piel e imprescindibles en muchas formulaciones cosméticas.
Mi champú de farmacia dice ser ecológico. Y éste está enriquecido con el precioso extracto de manzanilla …
Esto a menudo se llama lavado verde y polvo de ángel. En la mayoría de los casos afirmaciones como champú de hierbas eco, bio, o con extractos naturales no significan nada, a menos que también puedas encontrar una referencia a un certificado en la etiqueta.
Y una marca de maquillaje vegano, también debe ser natural, ¿es así?
No necesariamente. La belleza vegana no tiene nada que ver con las plantas y los vegetales. Una fórmula completamente sintética puede ser 100% vegana. Y viceversa, una fórmula 100% natural puede contener ingredientes de origen animal.